Cuando padecemos estrés, muchas veces combatimos nuestra ansiedad ingiriendo bollería, dulces o alimentos procesados.
Comer este tipo de alimentos tiene su lado contraproducente: aunque al principio nos producen placer y calman nuestra ansiedad, pasado poco tiempo generan aún más ansiedad, empeorando el problema que queríamos evitar.
La clave es el cortisol, también llamado “la hormona del estrés”. Estas comidas inadecuadas elevan sus niveles y este es el motivo por el que el cuerpo nos pide este tipo de alimentos.
Las comidas altas en azúcares, sal y grasas aumentan el nivel de cortisol, por eso cuando estamos estresados preferimos estos alimentos. Un buen modo de evitar este perjudicial efecto rebote es conocer mejor las comidas que producen más cortisol.
Esta es la lista de alimentos a evitar cuando nos sentimos bajo presión:
- Bebidas energéticas
Según el nutricionista Jackson Blatner, autor del libro “La Dieta Flexitariana”, las bebidas energéticas y con sabor a cola están entre los peores alimentos para el estrés porque tienen altos niveles de cafeína y azúcar. La combinación de estos dos elementos puede hasta añadir un estrés extra a tu cuerpo, según Blatner. Este nutricionista ha precisado que las bebidas energéticas, además, pueden empeorar los períodos estresantes porque la cafeína afecta al sueño: uno de estos líquidos puede contener una cantidad de cafeína equivalente a la de tres tazas de café, lo que eventualmente llevaría al insomnio, que es uno de los agravantes del estrés. - Alcohol
No es cierto que un vaso de vino sea relajante aunque mucha gente lo crea. Según un estudio publicado en 2008 por el Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism, el alcohol estimula la liberación de cortisol. La investigación concluyó que los bebedores y aquellos que recientemente hayan aumentado su consumo de alcohol tienen mayores niveles de la “hormona del estrés”.
Estas conclusiones fueron confirmadas por una investigación publicada el año 2011 por la Universidad de Chicago, la cual estipula que el estrés y el alcohol “se alimentan” el uno al otro. De acuerdo al estudio las personas recurren al alcohol para calmar las consecuencias emocionales del estrés, pero lo que hace este estado es reducir, precisamente, los “buscados” efectos del alcohol que pretendían aprovechar. Es decir, a más estrés, más alcohol se necesita para obtener el mismo efecto y cuanto más alcohol más cortisol se libera. - Comidas procesadas
Las comidas procesadas son altas en sodio, grasa y aditivos artificiales típicos de su proceso industrial de fabricación. Su ingesta puede darnos placer en momentos concretos de ansiedad pero también acaban elevando nuestros niveles de estrés. Y es que los alimentos altos en grasa, azúcar y sal son las comidas que aumentan nuestros niveles de cortisol. Por ello el estrés nos lleva a darnos atracones de este tipo de comidas. - Comidas picantes
El estrés puede generar dificultades a la hora de hacer la digestión con normalidad. Si se está padeciendo este problema, es mejor alejarse de las comidas picantes ya que pueden agravar la situación. Quienes se estresan fácilmente no procesan bien las comidas pues baja el metabolismo y se hace más difícil la digestión. Esto lleva a problemas como el reflujo ácido, y la comida picante puede empeorarlo. - Dulces
El estrés nos hace buscar “consuelo” en los dulces, pero su azúcar incrementa el cortisol. El incremento de azúcar en sangre y los aumentos de insulina que lo acompañan provocan irritabilidad y que nos lancemos a los atracones de comida además de otros efectos en nuestro organismo
Autor: Edith Gomez, editora en Gananci, apasionada del marketing digital, especializada en comunicación online. Se niega a irse a la cama cada noche sin haber aprendido algo nuevo. Le inquietan las ideas de negocio y, más aún, aportar una mirada creativa al pequeño mundo en el que vivimos.