Los monjes comenzaron a fabricar este queso desde hace más de ocho siglos.

Descripción

Ingredientes
  • 1/2 vaso de polenta (sémola de maíz precocida)
  • 1 y 1/2 vasos de caldo de verduras
  • 8 tomates secos conservados en aceite
  • 8 aceitunas negras de Aragón
  • 12 flores de Tete de Moine
  • Aceite de oliva, sal y pimienta
Preparación
  1. Calentar el horno a 180ºC.
  2. Preparar una placa para horno con papel de hornear y colocar un aro de unos 8 cm de diámetro con su interior aceitado. Reservar.
  3. Mezclar la polenta con el caldo de verduras en una cacerola y llevar al fuego. Ir removiendo hasta que hierva y a partir de ese momento, bajar un poco el fuego y seguir removiendo hasta que la preparación se despegue de las paredes con facilidad (de uno a dos minutos a partir del hervor, aproximadamente). Rectificar el punto de sal.
  4. Verter una cuarta parte de la masa dentro del aro, aplanar con el revés de una cuchara y retirar el aro. Repetir la operación tres veces más como para obtener 4 discos de masa.
  5. Colocar sobre cada pieza una flor de Tête de Moine deshecha y llevar al horno durante 15 minutos o hasta que el queso haya fundido y tenga color dorado.
  6. Retirar y esparcir por encima los tomates secos cortados, las aceitunas cortadas y dos flores de queso en cada pizzeta. Echar un poquito de pimienta y servir de inmediato.
La leche natural de montaña confiere al Tête de Moine AOC su sabor incomparable.