Barcelona Bar Pinotxo
Mas de 15000 personas visitan el Mercado de la Boquería cada semana . Podrían sal ir de allí con un vaso de zumo o chupando de un coco por una pajita, pero te puedo asegurar que todas van en busca de algo más. Cada una de ellas vino a buscando «lo autentico»… vino a probar lo profundo, lo real… algo de «duende», esa palabra del mundo gitano tan difícil de traducir, tan del corazón, que nos lleva a la pasión, a lo caliente, al alma, a lo auténtico.
¿Cómo puede soportar la Boquería este acoso permanente? ¿Cómo es posible que no se convierta en un parque temático como Trafalgar Square, o en una versión peculiar de Las Vegas?
A lo mejor la clave está en la manera de hacer del Bar Pinotxo. ¿Cómo consiguen servirle callos o capipota a Frank y Debbie Steensma de Duluth, Minnesota? ¿Cómo es posible que la familia Iverson de Sacramento, California, disfrute comiendo unos buenos platos de garbanzos con morcilla si tanto los padres como sus tres hijos han crecido comiendo Happy Meals acompañados por barriles de refrescos?
Ni uno sólo de los platos que aparecen en el menú ha sido pensado teniendo en cuenta el paladar de los turistas. Es comida local pura y dura, y hay colas de hasta diez personas esperando turno.
¿Será que Jordi añade algún extra a sus guisos para que estén contentos y, de paso, disimular que algunos platos contienen abundancia de menudillos, es decir, vísceras? A lo mejor… a lo mejor hay un algo imperceptible. A lo mejor es que su abuela, que inició el negocio para poder dar de comer a su familia, sigue revoloteando sobre los fogones.
–Jordi… modérate con el ajo… no te pases con el aceite de oliva… esto está demasiado amargo.
–Jordi, tu tío Juanito lo hace bien, y lleva décadas trabajando en esa esquina de la barra, y ese plato de gambas ha traído a innumerables clientes que regresan desde Fort Lauderdale, Florida, o hasta Buffalo, New York .. . Y todos hablan con devoción de los misteriosos manjares que encontraron en el Bar Pinotxo del Mercat de Sant Josep.
–Sé que estás cansado y que hay 10 personas haciendo cola para cada uno de los 14 taburetes, pero son gente que te quieren. A las que les gusta como cocinas, que aman el bar y el mercado, y que recordarán la experiencia durante el resto de sus vidas. Tú puedes hacerlo, Jordi, y yo te voy a ayudar.
Sí, Pinotxo y cualquiera de los otros bares y restaurantes del mercado de la Boquería pueden servir patatas bravas, montaditos, paella congelada o sangría Don Simón, pero no quieren… lo que quieren es conseguir una autentica sonrisa en el rostro del mecánico de Oklahoma que acude a comer allí y que jamás en su vida ha probado los chipirones con fessols de Santa Pau, o una ensalada de bacalao con escarola, olivas y una salsa rosa que no tiene ni rastro de ketchup o de mayonesa, o bien unos perfectos huevos revueltos con almejas.
Todos estamos pendientes de lo que sucede en la Boquería. A todos nos preocupa el creciente número de turistas de crucero que deambulan por las Ramblas. Pero ya sabes, mientras la abuela de Jordi siga haciendo acto de presencia desde las 6 de la mañana hasta las 5 de la tarde , 6 días a la semana, y 11 meses al año , es más que probable que todo vaya bien .
Donde comer
Bar Pinotxo
466- 470, Mercat de la Boqueria
Carrer la Rambla 89
08002 Barcelona