Description
Las dos recetas siguen el mismo procedimiento. Una es mejor para la pasta rellena y la otra para los tallarines y espaguetis. Varían las porciones entre sémola de trigo y harina.
La cantidad de sémola determina una pasta mas o menos consistente al paladar y mas o menos rugosa al tacto.
Para rellenar es mejor una pasta fina y delicada para que resalte el relleno.
Para una pasta como los tallarines es mejor una textura más gruesa y rugosa.
La cantidad de sémola determina una pasta mas o menos consistente al paladar y mas o menos rugosa al tacto.
Para rellenar es mejor una pasta fina y delicada para que resalte el relleno.
Para una pasta como los tallarines es mejor una textura más gruesa y rugosa.
Ingredientes
Para pasta rellena:
- 150 gr de sémola de trigo
150 gr de harina
3 huevos y un poco de sal
Para pasta sin relleno:
- 250 gr de sémola de trigo
- 50 gr de harina
- 3 huevos y un poco de sal
Preparación
- Hacer la fontana, «la fuente» es decir, poner las dos harinas sobre la superficie de trabajo formando una montaña.
- Hacer un agujero en medio, como si fuera un volcán.
- Romper los huevos y ponerlos en medio del «volcán» y añadir sal.
- Con un tenedor, batir ligeramente los huevos y empezar a mezclar con la harina. Continuar hasta que se forme una bola de masa. Puede parecer que la masa esté excesivamente dura y que haga falta añadir un poco de líquido. No lo hagáis. Cuándo tengáis la bola, envolverla con plástico y dejarla reposar una media hora.
- Así la pasta se «relaja» y será más fácil de trabajar. Se puede notar cogiéndola entre las manos: la pasta que antes del reposo era dura, será ahora mucho más tierna y blanda.
- Para extender la pasta, usar un rodillo y estirar sobre la superficie de trabajo ligeramente enharinada, con paciencia y fuerza. Si tuvierais una superficie de madera para trabajarla sería ideal, ya que de esta forma, la textura de la pasta resultará mucho más rugosa. Hace falta ejercer una presión constante y firme extendiendo la pasta hasta conseguir un grosor de unos 2 mm.