·Bar Bodega l’Electricitat
Sin duda uno de los clásicos de la Barceloneta. Aunque el barrio marinero de Barcelona haya cambiado de forma drástica en los último 25 años, el Electricitat se ha mantenido como el clásico bar bodega de barrio que siempre fue, sin concesiones a las moderneces ni a los turistas, consagrándose a la hora del vermut desde mucho antes que este deporte estuviera de moda.
Id temprano (se llena rápido), sentaos en una de sus mesas de mármol, pedid unas bombas típicas del barrio, el combinado de mariscos de lata, un vermut casero y dedicaos a observar a la concurrencia. Ya nos lo contaréis!
·Bar La Plata
Os gustan los boquerones fritos, la butifarra y la ensalada de tomate con nchoas? Más os vale porque en este pequeño y tradicional bar es lo único que vais a comer. Y no hace falta nadamás! El producto es fresco y la forma de cocinarlo, la justa. Para beber no os compliquéis: un vasito de vino sacado de la nevera de madera detrás del mostrador, un “quinto” o “mediana” (aquí no hay grifo de cerveza) o un vermut sin hielo, ni rodaja de naranja, ni sifón… Eso es para los cobardes! Por todo ello, y por estar en el mismísimo centro del casco antiguo, hacen del bar La Plata uno de los lugares favoritos de las guías turísticas… Pero también de los habitantes locales.
·Bodega Quimet & quimet
Aquí no vais a comer nada caliente, pero eso no quiere decir que no esté cocinado. Y es que en Quimet & Quimet son unos pioneros de la cocina con conservas, de la lata tuneada. Dales unos berberechos, un tomate y una rebanada de pan y te preparan un montadito único! Eso y su selección de vinos, sus cervezas artesanales, su vermut de grifo y su pequeño y muy animado local, son las claves de su éxito arrollador que se mantiene des de hace décadas, desde mucho antes que el barrio se pusiera de moda. Imprescindible!
·Bodega 1900
Este es el flamante bar de tapas de los hermanos Adrià, la versión más desenfadada, cercana y de barrio del universo ElBulli. Aquí no esperes cocina molecular, sferificaciones ni el resto de locuras a las que nos acostumbraron los Adrià. Aquí lo que se lleva es la tapa más clásica, el vermut y la caña de cerveza. Eso sí, sin renunciar a la máxima calidad de producto, la mejor elaboración y un servicio muy atento. En definitiva, una bodega deluxe con la que descubrir la otra cara del universo bulliniano.
·Matos
Como en toda lista aquí también hay excepciones excentricidades. Nada raro! En este nuevo wine bar, lejos de los barrios turísticos y abarrotados, encontraréis cosas que no acostumbran a tener en otros sitios: vinos de toda Europa, cervezas artesanales únicas y un vermut que no hubierais dicho jamás que existiera, todo acompañado de una decoración muy cuidada y música jazz. Si os entra el gusanillo, no dudéis en degustar sus conservas gallegas, sus ahumados, sus embutidos ibéricos y la selección de quesos, también ibéricos y siempre al punto. Si las cosas se hacen bien, da igual donde te encuentres…
·Bodega Montferry
A veces hay que alejarse un poco del centro para encontrar las propuestas más auténticas. Un buen ejemplo es la bodega Montferry en el popular y carismático barrio de Sants. Pequeño, sencillo, familiar, parece que no lo hayan tocado en décadas, aunque a la nueva generación parece que le va el rock & roll… Tampoco ha cambiado su oferta: embutidos y quesos, conservas de lata, alguna tapa de cocina y una alucinante selección de bocadillos del día que cuelgan cada día en FB
Todo regado con cañas de cerveza, vermut casero y vinos a copas.
·Morro Fi
Si existiera un subgénero llamado “bodega de autor” o “vermutería conceptual” eso sería el Morro Fi. No os asustéis, no es ningún lugar estirado donde hay que ser un experto para pedir. Este local abrió sus puertas a raíz de un blog sobre bares que desarrollaron sus creadores. Así que la criatura es en cierto modo el resultado de la reflexión concienzuda sobre cientos de bares de la ciudad, lo mejor de cada uno, y un nuevo aire a la bodega de toda la vida sin perder el espíritu: conservas en platitos metálicos, patatas churreras, vermut casero y compartir codo con codo un espacio reducido. La cosa ha tenido tanto éxito que ya han abierto sucursales con distintos nombres.
·Casa Mariol
Hubo un tiempo en el que el consumo de vino era cosa de cada día y la producción enorme. Las bodegas de ciudad no sólo compraban vino en las zonas vitivinícolas y los vendían sino que en muchos casos eran los propios productores quienes abrían su
propia tienda. Casa Mariol viene a ser la versión moderna de todo aquello: una bodega situada en la Terra Alta que decidió abrir su propio local de barrio para que la gente pueda conocer sus vinos y su vermut, que podréis acompañar con las conservas y patatas fritas gourmet que ofrecen y paladear el ambiente de barrio que se respira. Una buena opción si estáis cerca de la Sagrada Família.
·Bar Bodega Quimet
En una ciudad como Barcelona, relativamente pequeña pero repleta de vida a la vez, hay sitios que pasan del anonimato a ser referente en un abrir y cerrar de ojos. Este es el caso del Quimet, una bodega de las de antes, con barricas, mucha madera, carteles viejos y poco espacio, que se convirtió en lugar de peregrinaje para foodies de la noche al día. La razón principal es clara y explica en parte el auge del vermut en Barcelona de los últimos años: a punto de cerrar, fue rescatado por los actuales propietarios, gentejoven con ganas, que mantuvieron el espíritu pero se adaptaron a los nuevos tiempos. Por eso, podréis encontrar un hipster tomando un vermut i al lado un señor comprando vino a granel.
· Vermut i a la Gàbia
Una de las últimas incorporaciones al mundo vermutero en Barcelona se encuentra enuna de sus más emblemáticas plazas. Su nombre es ya una declaración de principios: aquí todo es una referencia al mundo del vermut, tratado con ironía y nostalgia. Nos damos cuenta de ello sólo entrar en su bar-tienda (pues en el pasado las bodega eran despachos de vino): botas de vino, mesas y taburetes altos, un mostrador climatizado vintage lleno de platillos caseros de inspiración vermutera, quesos, latas de conserva y embutidos… Lo único que delata su novedad es la música. Ojo! Tienen terraza en la plaza pero tendréis que hacer cola un buen rato… O sobornar al camarero.
·Cala del Vermut
Una de las bodegas clásicas que se ha mantenido fiel al estilo y estética vermutero durante años, mucho antes que esta moda llegara a la ciudad. Hay que decir que su emplazamiento es inmejorable, a pocas calles de la Catedral pero lejos de la masificación de las calles principales. Es un lugar que se llena, no os vamos a engañar…
Pero hay ciertos momentos de paz donde tomarse un vermut allí es un placer e incluso en los momentos de más trabajo el local mantiene una calma poco frecuente. Para los que sois de la ciudad como para los que estéis de paso y queráis un momento de relax.
·Vermuteria Carmelitas
Aunque el barrio más canalla y céntrico de la ciudad no vaya sobrado de bares y locales donde beber y comer, hay que reconocer no existen muchas bodegas donde degustar un vermut y una tapa. El Carmelitas fue hasta hace bien poco un restaurante de local amplio, de estilo industrial y cocina poco definida, aunque siempre un buen recurso. Desde hace menos de un año se ha reconvertido en una vermutería, cosa que no puede ser más clara: vermut, vinos, cervezas y tapas clásicas de bodegas, sean frías o calientes. A ver si su nacimiento, cerca de la Boquería, hace aflorar más iniciativas similares…
·Bodega Cal Pep
Seguimos en Sants. Cerca del mercado del mismo nombre se encuentra esta bodega a la vieja usanza, con sus botas de vino a granel, sus tonos marrones, su luz tenue…
Lejos de conformarse con una propuesta de conservas frías y embutidos, su maestro de ceremonias Ángel –quien dicen las malas lenguas que gasta mal carácter, pero nosotros lo encontramos muy agradable–, propone delicadezas según mercado: calamares fritos, caracoles… Y una más que interesante selección de vinos. Parada obligatoria para recobrar fuerzas… Y seguimos!
·La Pubilla del Taulat
Durante mucho tiempo el Poble Nou fue un barrio obrero apartado del centro por naves industriales y del mar por un pequeño núcleo de casas antiguas. Todo esto ha cambiado mucho: las naves se convirtieron en lofts y sedes de empresas y del barrio marítimo queda bien poco. Del ambiente popular aun quedan algunos resquicios y La Pubilla del Taulat, entre el mercado i la rambla, es un buen ejemplo. 5 generaciones abalan esta bodega de esquina en la que disfrutar de vermut casero, cerveza artesana y tapas clásicas como los calamares, el pescadito frito o las anchoas. Un destino a visitar aun que sólo estéis unos días por la ciudad.
·BAR BODEGA L’ELECTRICITAT
C, Sant Carles, 15 (Barceloneta)
T. 93 221 50 17
·BAR LA PLATA
C, de la Mercé, 28 (Gótic)
T. 93 31 510 09
·BODEGA QUIMET & QUIMET
C, Poeta Cabanyes, 25 (Poble Sec)
T. 93 442 31 42
·BODEGA 1900
C, Tamarit, 91 (Paral·lel)
93 325 26 59
·MATOS
C, Muntaner, 412 (Sant Gervasi)
T. 93 414 15 22
·BODEGA MONTFERRY
C, Violant d’Hongria Reina d’Aragó, 105 (Sants)
T. 93 162 96 36
·MORRO FI
C, Concell de cent, 171 (Eixample izq)
·CASA MARIOL
C, Roselló, 442 (Eixample S. Família)
T. 93 436 76 28
T. 93 450 02 81
·BAR BODEGA QUIMET
C, de Vic, 23 (Gràcia)
T. 93 218 41 89
·VERMUT I A LA GÀBIA
Plaça d’Osca, 7 (Sants)
T. 656 42 56 87
·CALA DEL VERMUT
C, Copons, 2 (Gòtic)
T. 93 317 96 23
·VERMUTERIA CARMELITAS
C, Doctor dou, 1 (Raval)
T. 93 412 46 84
·BODEGA CAL PEP
C, Canalejas. 12 (Sants)
T. 93 339 30 37
·LA PUBILLA DEL TAULAT
C, Marià Aguiló, 131 (Poble nou)
93 225 30 85