Oriol Balaguer, uno de los pasteleros más prestigiosos de nuestro país, ha presentado la mona de Pascua de este año, dedicada al popular juego de construcción el ‘Nan Casteller‘, con el que se pueden recrear castillos humanos de diferentes alturas y complejidades basados en modelos reales que se construyen en la actualidad. De este modo, se han unido dos tradiciones de nuestro país: un dulce típico que no puede faltar en ninguna casa de nuestra tierra y la cultura castellera.
La mona, con forma de 3 de 10, mide un metro de altura. La innovación, sin embargo, no se encuentra sólo en el hecho de inspirarse en un nuevo juego que viene pisando fuerte, sino que, además, se ha creado expresamente para maridar con cerveza. Los asistentes a la presentación pudieron comprobarlo probando el chocolate con una Moritz. Toda una sorpresa para el paladar.
Las fundadoras del ‘Nan Casteller’ han querido que esta obra de arte la disfruten los más pequeños, por la cual cosa la donarán al hospital infantil de Barcelona Sant Joan de Déu. No obstante, los curiosos podrán comprar monas enxanetes de 20 centímetros, también elaboradas por Balaguer, en la M-Store, la tienda que la marca de cerveza tiene en Ronda Sant Antoni de Barcelona. Y, si además les gusta el ‘Nan Casteller’-como juego o elemento de decoración-, en el mismo establecimiento podrán hacerse con uno de los packs. Y es que un juego de madera nunca había sido tan dulce.
El ‘Nan Casteller‘ es un juego de construcción que permite a los más pequeños adentrarse en las técnicas de apilarlos y encajarlos para obtener estructuras y escenarios diversos fomentando así su imaginación. A la vez, el ‘Nan Casteller’ ofrece un reto para los mayores: construir castillos de diferentes alturas y complejidades basados en modelos reales que se construyen en la actualidad.
Oriol Balaguer
Galardonado con numerosos premios por su creación gastronómica, Oriol Balaguer es uno de los mejores pasteleros del país. La investigación y el desarrollo de nuevos conceptos son dos de sus señas de identidad. Oriol Balaguer consigue emocionar, sorprender y hacer sentir nuevas sensaciones gastronómicas.