Saludable y gourmet
Para convertir el ajo blanco en negro, se dejan madurar los bulbos enteros más de un mes a 60-70 grados en un proceso de fermentación natural, que originariamente se realizó en Japón, en un horno a leña y con maderas especiales. Estos bulbos utilizados, tienen que ser fuertes y de suelos libres de pesticidas ya que la fermentación intensifica sus cualidades. Hoy se produce y consume en diferentes países, y sobretodo en España, que tiene unos proveedores de gran calidad. Siguiendo instrucciones precisas, y cuidadosamente, también se puede elaborar en casa.
Este gran antioxidante refuerza el sistema inmune, elimina lípidos y colesterol, mejora la salud cardiovascular y los niveles de azúcar en sangre. Es aún más antibiótico, bactericida y funguicida que el diente de ajo convencional, que no es decir poco y sobretodo un poderoso energizante.
De sabor muy agradable, tiene un toque afrutado, dulzón y picante, y hasta con un punto a regaliz, una fusión de sabores sin el olor o la difícil digestión que puede generar el consumo de ajo habitualmente.
Se puede usar en diferentes platos; utilizándolo crudo, en vinagretas, o ligeramente salteado o tomarlo diariamente como medicina. En este caso, de uno a tres dientes de ajo negro es suficiente, y preferiblemente en ayunas y durante 2 o tres semanas.