5 pasos para tu kit de supervivencia
Los días soleados de tumbonas, paellitas, claras, y chiringuitos se han acabado… Toca volver con ganas e ideas chulas al tupper nuestro de cada día, que se ha convertido en un imprescindible de nuestras vidas por razones archiconocidas. Es el momento de agudizar nuestro ingenio y creatividad para que lo que transportamos en buses, metro o bicicletas, sea sano, energético y nos sirva para presumir de cocinitas y master tuppers!
Te proponemos estos 5 pasos para que lo tengas más fácil:
- Pensar antes de actuar: Intenta hacer un planning semanal de las comidas teniendo en cuenta la variedad y el equilibrio. Pensamientos necesarios para después ir al mercado y al super con las pilas puestas y las ideas claras a la hora de comprar lo que necesitas.
- Manos a la obra: Prepara un par de veces a la semana unas bases de arroz, de pasta, de quinoa, de cuscús o legumbres, que puedas tener en la nevera un par de días bien almacenadas y que te sirvan para completar con verduras o un salteado rápido de setas. Prepara y guarda una vinagreta casera y sustanciosa ( semillas, frutos secos… buen aceite y vinagre) para improvisar una ensalada en cualquier momento. Recuerda que son más fáciles de recalentar y quedan menos secas, las recetas con salsas más líquidas y ligeras.
- Que Sí y que No: Efectivamente, no todo puede ir a un tupper. Algunas cruditées como la lechuga o el aguacate se oxidan muy rápido. La rúcula, los canónigos, berros u ensaladas baby leaves aguantan mejor el tiempo de transporte.
Un secreto: siempre aliñarlas antes de comer. Intentar no abusar de los fritos y rebozados que resisten mal el viaje en tupper. Son resultones los guisos, salteados, tartas, tortillas, pescados o carnes con guarniciones jugosas. Intentar tener en cuenta estos detalles evita una gran decepción a la hora de abrir nuestro almuerzo. - Conservar es de sabios: Es vital mantener la cadena de frío desde el primer momento. Se ha de esperar a que lo cocinado esté a temperatura ambiente para guardarlo en la nevera de casa y después, ya en el trabajo, mantener refrigerado el tupper hasta el momento de la comida. Una buena conservación mejora la calidad del contenido y nos evita sorpresas desagradables.
- Ojo al recipiente: Tampoco vale cualquier tupper. Hay envases especialmente diseñados y homologados, que se reconocen porque tienen el distintivo con el logotipo de un tenedor y una copa en el envase. Esto indica que son aptos para ser calentados y libres de BPA, el poco recomendado Bisfenol A. Una opción recomendable, aunque pesen un poco más, son los contenedores de cristal