Siempre digo que bajo el mar hay un bosque verde que desconocemos y del que no tenemos ni idea lo nutritivo que es.
Las algas, a mi parecer, son el alimento del futuro. Cansados de buscar nutrientes y soluciones en el exterior, la ciencia dará a luz la importancia de estos vegetales en el mar. De hecho, ya están comprobados sus grandes beneficios. Solo falta que su conocimiento se integre en nuestra cultura y no las veamos solo como esas cosas verdes en el fondo del mar o en las piedras.
En realidad, la industria alimenticia lleva ya mucho tiempo utilizando las algas para dar consistencias y estabilizar muchos productos que consumimos. Igualmente, también son empleadas en la elaboración de tintes, pinturas y plásticos, dando cuerpo, fijación, suavidad y brillo a los mismos.
Gracias al sushi, hoy la gente consume y conoce las hojas de alga nori, pero también en el mercado podemos conseguir muchas más variedades. Aparte de en hojas, el alga Nori también existe molida. Otras algas son: Wakame, Kombu, Agar agar, Espagueti de Mar, Dulse, Musgo Irlandés, Hijiki, Arame, Cochayuyo, espirulina, chlorella y muchas más. Cada tipo de alga cuenta con sus múltiples propiedades nutricionales como minerales esenciales (calcio, hierro, potasio, fósforo, magnesio…), oligoelementos (yodo, silicio, cinc, manganeso, cobre, selenio…) y proteínas de alto valor biológico que complementan las proteínas de los demás alimentos, ya que las algas contienen todos los aminoácidos esenciales y 9 de los no esenciales. Las algas aportan también muchas Vitaminas, destacando las del grupo A y C. Su abundante Fibra sacia y facilita el tránsito intestinal. Su consumo fortalece los huesos, el cabello y las uñas. Y por si fuera poco, además de nutrirnos, las algas estimulan el metabolismo y la circulación, ayudando al control de peso y activando nuestras defensas. En definitiva, incluir algas a nuestra dieta es un acto inteligente para avanzar por esta vida.
Bibliografía- Clemente Fernández Sáa- Algas de Galicia, Alimento y Salud- 2002