Sinceramente fué algo inesperado, algo que no buscamos intencionadamente. Al conocer la noticia sentimos una gran alegría y un subidón de adrenalina, que una vez asimilado es sobre todo un chute de motivación extra al trabajo del día a día.
¿Se es más libre trabajando lejos de las grandes urbes?
No sé si más libre, pero se vive más tranquilo, hay una relación más auténtica con la gente, con tus amigos, los clientes y con la familia. Es muy diferente comparado con las grandes capitales y aporta mejor calidad de vida y muchas satisfacciones.
¿Cómo es la cocina de Tatau Bistró?
Es muy pequeña comparado con el potencial y la calidad que produce. Es un rincón de ocho metros cuadrados al final de la barra donde trabajamos cuatro personas. De allí sale el material y la línea profesional que nos define: producto de temporada, cocina auténtica, la mejor calidad y todo realizado con las técnicas que he aprendido en los diferentes sitios en donde he trabajado.
Tres palabras que definan tu paso por la Escuela Hofmann.
Humildad, esfuerzo y sacrificio. Fue para mí un gran aprendizaje y una experiencia inolvidable.
¿ El trabajo en equipo es otro de los puntos fuertes del Tatau Bistro?
Sin duda es un factor importantísimo para garantizar la coordinación, la distribución de las tareas, la calidad de lo que servimos y el reconocimiento de la gente. Es algo que está en el ambiente, que nos ayuda y nos estimula el saber que todos tiramos en la misma dirección y con el objetivo de hacerlo bien.
¿ Se puede contar el secreto de unas patatas bravas tan buenas?
El secreto lo tiene Sergi Clapés que es quién me las enseñó la receta y habría que preguntárselo a él, a ver si puede contestarte.
¿Un ingrediente imprescindible?
La gamba roja
¿Lo mejor de Huesca?
El ambiente tranquilo y atractivo de la ciudad, su nivel gastronómico, la cercanía con los mejores productos de la tierra… pero sobre todo Arantxa, mi pareja.
Año Nuevo…
The Force Awakens.