Cuando la planta del ajo común se recolecta antes de hora sin dejar que madure la cabeza de gajos, se obtiene el ajete o ajo tierno. De sabor y aroma menos intenso que el ajo blanco, muestra un bulbo de color blanquecino, rojizo o morado, así como unas hojas tersas y de color verde intenso. De aspecto parecido a la cebolleta, es ideal para la elaboración de ensaladas, salteados y revueltos.
Temporada
Aunque está disponibles durante todo el año, los ejemplares más sabrosos y en su momento estacional suelen aparecer en el mercado hacia finales de invierno o principios de primavera.
Propiedades
El ajo tierno es mucho más suave que el ajo convencional aunque posee también el compuesto llamado alicina, que además de actuar como bactericida esta sustancia puede evitar que comamos en exceso ya que se encarga de estimular la sensación de saciedad en el cerebro. También es rico en vitaminas del grupo B protectoras del sistema nervioso y en minerales como el potasio y fósforo.
Sus propiedades antibióticas y antifúngicas aumentan las defensas. Mejora la circulación ya que ayudan a la dilatación de los vasos sanguíneos.
En el mercado
Al tratarse de una hortaliza, debe adquirirse lo más fresca posible. Los mejores ejemplares son aquellos cuyos tallos muestran un tono verde intenso y brillante, ausencia de hojas secas y la parte bulbosa firme y sin amarillear.
Conservación
A diferencia de los ajos comunes, esta variedad tierna debe consumirse rápidamente una vez en casa. Se recomienda introducirlos en una bolsa de plástico y conservarlos en el frigorífico entre 4 y 5 días. Pueden congelarse aunque pierden gran parte de sus propiedades culinarias.
En la cocina
Los ajos tiernos resultan deliciosos a la plancha, salteados con verduras, en tempura, tortilla, recetas de pasta o acompañando ingredientes como gambas, langostinos, setas o gulas, así como en todo tipo de guisos.