«La primavera la sangre altera», es un dicho popular que deja muy claro lo que ocurre en esta estación. Después de un invierno en el que hemos estado descansando y recogiendo energías por fin estamos preparados para emprender nuevos caminos, retos y oportunidades. En la naturaleza ocurre exactamente lo mismo, las semillas empiezan a crecer, las plantas vuelven a desplegar sus hojas y el color verde se hace más presente que nunca.
La primavera tiene que ver con «ponernos manos a la obra», emprender un camino que nos lleve a nuestro objetivo, planificarlo bien y tener la paciencia suficiente para sortear las posibles dificultades que nos encontremos por el camino.
Según la macrobiótica, la primavera está relacionada con el hígado, la vesícula biliar, los tendones, las articulaciones, la vista, etc. La alimentación en este caso debe cuidar estos órganos, en general debe nutrirnos sin dejarnos pesados. En este momento, debemos actuar rápidos y con decisión, las comidas pesadas nos lo van a impedir y además nos harán sentir más impacientes y nos generarán rabia excesiva, la emoción que predomina en este elemento.
Este tipo de alimentación también vendrá muy bien para aquellas personas que quieran bajar de peso, lucir una piel más brillante y en general sentirse más sueltos y menos tensos.
Vamos a ver entonces qué pautas de alimentación debemos seguir en este momento para poder sentirnos mejor:
- Los mejores cereales por tanto en este caso son los más ligeros, de esta forma podremos ajustar mejor la cantidad. La cebada, el centeno, la quínoa y el arroz largo son algunos ejemplos que podemos tener en cuenta. Todos ellos son muy bajos en carbohidratos y por tanto son cereales muy suaves. De todos ellos destacar la cebada porque es además un cereal que ayuda a descargar grasas, fundamental en este momento para ayudar al hígado. En este momento es bueno empezar a cocinar el cereal sin presión. Una buena manera y que reduce aún más la cantidad de carbohidratos es hervir el cereal en abundante agua hirviendo para luego colarlo. Así quedará mucho más ligero.
- En primavera podemos seguir tomando guisos de legumbres, pero es conveniente empezar a tomarlas de forma más ligera: en ensaladas, en patés de legumbres (como el hummus o el paté de lentejas), etc. Las mejores legumbres son una vez más las ligeras: lentejas verdes, lentejas rojas o guisantes son algunas opciones interesantes. También está bien a partir de ahora consumir con más frecuencia los derivados de las legumbres, fundamentalmente el tofu y el tempeh. Podemos consumirlos ya en esta época con estilos de cocción más suaves, como salteados, macerados o a la plancha.
- En este momento del año la cantidad de verduras debe aumentar, y sobre todo las verduras verdes. De la misma forma que las hojas verdes aparecen en nuestro balcón, nuestros parques y en el campo, así debe ser de la misma manera con el plato de comida, bien verde. Además de las verduras verdes son buenas las verduras que tienen energía ascendente: el puerro, el apio, las cebollas y los ajos tiernos, las setas, como la shiitake, el nabo daikon y los champiñones, los espárragos, la judías verdes, los guisantes, las habas,… todas ellas poseen este tipo de energía y curiosamente son los que crecen en primavera. Podemos tomar estas verduras de diferentes formas: escaldadas, hervidas, salteadas,… lo importante es que mantengan el color verde vivo. Disfrutar de lo que la naturaleza nos brinda en esta época es un gozo para el cuerpo!
- La primavera es un buen momento para empezar a aumentar la cantidad de fruta en nuestra dieta. En invierno habíamos reducido su variedad y cantidad, pero ahora ya aparecen frutas interesantes, sobre todo es bueno tomar las más ácidas. Las fresas, las ciruelas, los nísperos, los albaricoques y las cerezas no deben faltar en nuestra mesa. Dependiendo de nuestra condición tomaremos más o menos cantidad. La mejor manera de saberlo es que si sentimos frío al rato de tomarlas es que es demasiado para nosotros y que debemos reducirlas.
- Los estilos de cocción para la primavera proporcionan ligereza y relajación: escaldado, hervido, vapor, salteado corto, etc. En el principio de la primavera seguiremos con alguna cocción de invierno ya que sigue haciendo frío y necesitamos mantener el calor, pero es importante ir introduciendo las cocciones mencionadas para ir «abriendo» el cuerpo al calor de la primavera. Para tonificar la función del hígado es bueno utilizar alimentos y condimentos con sabores ácidos. Es bueno que este sabor ácido no sea extremo, como es el caso del vinagre de vino, por ejemplo. Es mejor utilizar como condimentos del plato por ejemplo el vinagre de manzana, el vinagre de arroz o unas gotas de naranja o de limón, por ejemplo. Una buena forma de tomar ácido de buena calidad es con los encurtidos. Dentro de éstos son mejor los encurtidos en salmuera (chucrut, aceitunas, etc.) que los encurtidos hechos con vinagre (pepinillos, cebollitas, etc.) Si nos apetecen éstos últimos os recomiendo que los pongáis unos minutos a remojo en agua para que pierdan el efecto ácido y no afecten a nuestro estómago.
Si seguís estos consejos vais a tener una primavera con menos resfriados, disminuirán los efectos de las alergias, conjuntivitis, etc. A nivel emocional, nos sentiremos pacientes, positivos y con energía para afrontar cualquier reto que nos planteemos en nuestra vida.