Método de cocción lento e inducido en el que un recipiente es introducido en otro con una base liquida para evitar el contacto directo del primero con la fuente de inducción. Método empleado habitualmente en repostería y para atemperar chocolate, etc. también para mantener salsas y líquidos a una temperatura adecuada y constante evitando que estos líquidos se cuezan en exceso.