Reguladora intestinal
Disponible durante todo el año, su pulpa de sabor dulzón tiene múltiples aplicaciones en la cocina.
El origen de esta cucurbitácea (familia a la que también pertenecen la sandía, el melón, el pepino y el calabacín) no está demasiado claro, aunque la hipótesis más aceptada la sitúa en Asia Meridional miles de años atrás. Actualmente se cultiva en zonas húmedas y cálidas de todo el mundo.
Características.
Según la variedad, adopta aspectos diferentes pero, en general, su forma suele ser esférica y achatada u ovalada y alargada. Ocurre lo mismo con el color de la corteza que va desde el color anaranjado o amarillo al verde, blanco e incluso morado. Su pulpa suele ser de tono anaranjado o amarillento y repleto de semillas en la parte central. Su tamaño oscila entre los 25-40 cm de diámetro y puede alcanzar pesos importantes de hasta 25 kg.
Se distinguen dos variedades principales. Por una parte, la calabaza de verano, de piel clara y fina, con semillas blandas. En este grupo se encuentran la calabaza bonetera (de color blanco, verde o amarillo), la calabaza espagueti (de color amarillo) y la calabaza rondín (de corteza naranja y pulpa blanquecina). Su tamaño es menor que el de las calabazas de invierno y es aconsejable consumirla inmediatamente después de su recolección. Por otro lado, está la calabaza de invierno que es de paladar más dulce y corteza más gruesa. En este grupo se distingue la calabaza banana, la calabaza zapallo (de pulpa gelatinosa e intenso color amarillo), y la calabaza confitera (con la que se elabora el cabello de ángel). En general, el sabor de la calabaza es ligeramente insípido y con un cierto toque dulce-afrutado.
Temporada.
Su gran variedad hace que podamos encontrarla durante todo el año, aunque su temporada estrella es otoño- invierno.
Cómo se compra.
A la hora de comprar tanto una calabaza de invierno como de verano es recomendable que la corteza no presente ninguna impureza o golpe y que conserve el pedúnculo (de esta forma se evita que el interior pierda humedad). Es mejor rechazar aquellos ejemplares excesivamente pesados, sin brillo y de piel dura o áspera.
Cómo se conserva.
La variedad de invierno puede conservarse hasta 6 meses. Por el contrario, la calabaza de verano es más delicada y conviene guardarla en el frigorífico envuelta en una bolsa de plástico previamente perforada. De esta forma puede aguantar fresca durante una semana, aproximadamente.
En la cocina…
Puede consumirse tanto cruda (en ensaladas) como cocinada (cocida, al vapor, asada, rehogada, frita, gratinada…). Es una excelente guarnición para acompañar platos de carne o pescado, así como para la elaboración de sopas, purés, cremas y tortillas.
Propiedades
Por su bajo aporte en calorías, es un alimento recomendado en dietas de adelgazamiento que, además, ayuda a la eliminación de líquidos y tiene efecto saciante. Digestiva, mejora cualquier malestar asociado a la acidez o gastritis. La calabaza al vapor o hervida es un gran remedio cuando hay saturación digestiva. Su color naranja nos avisa que es muy rica en betacarotenos, contiene minerales como el zinc entre otros, que mejoran la salud prostática.
¿Lo sabías?
Las semillas o pipas de calabaza se utilizan desde siempre para combatir parásitos intestinales.