Cómo congelar platos preparados:
En la mayoría de los hogares, acertadamente, el congelador sirve como herramienta de conservación de muchos platos elaborados, ya sean elaborados para degustarlos en otra ocasión, para el aprovechamiento de los ingredientes o para conservar restos de un plato preparado para otra ocasión. Arroces, pastas, guisos y estofados, salteados, carpaccios, tartas dulces y saladas, pizzas, tortillas, croquetas, etc.
Las precauciones para congelar estos platos son las mismas que para el resto de alimentos, procuraremos congelar los platos elaborados una vez fríos, debidamente protegidos y envasados, secos y etiquetados.
Descongelaremos previamente los platos cocinados en el frigorífico y los regeneraremos posteriormente al fuego, en el horno o incluso en el microondas.
Cómo congelar helados, sorbetes y granizados:
Sin ninguna duda es el caso más obvio de la necesidad de congelar estas bases para poder degustarlas tal y como han sido concebidas, en este caso, el congelador es la herramienta final para poder degustar esta propuesta.
Dicho esto, como ocurre con todo los alimentos deberemos adoptar ciertas precauciones también con estos productos.
Si elaboramos nosotros mismos ya sabemos que debemos mezclar la base del helado durante el proceso de congelado para repartir mejor el frío y llevarlo hasta su núcleo impidiendo así que se formen grandes cristales de hielo que estropeen nuestra la textura de nuestra preparación.
Los ingredientes “anticongelantes” como almíbares o licores impiden también la formación de estos cristales si se trabajan adecuadamente.
Ya elaboremos nosotros mismos los helados o los adquiramos, tendremos cuidado de no exponerlos directamente al aire presente en el interior del congelador para conservarlos de forma adecuada.
