La Cuina d’Uribou
Simplemente, Uribou!
Taka llegó a Barcelona en el año 1998. Su intención era la de aprender la cocina mediterránea para llevarla a su país natal, Japón, y montar allí su restaurante. Pero como acostumbra a suceder, las cosas nunca salen como uno las tiene planeadas. Y ahora nos recibe en su nuevo y flamante restaurante de cocina japonesa en Barcelona.
Nos sentamos con Taka en una mesa de La Cuina de l’Uribou, al lado del ventanal que da a la calle. Son las 11 de la mañana y están poniendo a punto la sala para el servicio del mediodía. “Al llegar a Barcelona mi primer trabajo en Barcelona fue en el restaurante Yashima, donde estuve tres años. Pero mi intención era descubrir la cocina mediterránea, con lo que dedicaba los domingos a hacer stages en restaurantes occidentales”. Taka pasó por los locales donde se cocía la mejor cocina del mare nostrum: el Talaia Mar, Can Ravell, el Alkimia de Jordi Vilà… Posteriormente volvió a la cocina asiática en Icho y Tempura Ya. “He aprendido de todos los lugares donde trabajé, pero de quien más aprendí fue de Manel Jiménez (Can Ravell) por la cocina tradicional catalana que elabora, y de Jordi Vilà (Alkimia), pues él es propietario y chef de su negocio, como yo ahora, y eso es muy diferente a trabajar para otros. Me influyó su filosofía”.
Hace menos de un año abrió La Cuina de l’Uribou contradiciendo sus planes de volver a Japón y montar un restaurante de cocina mediterránea. Qué pasó? “Bueno, mi mujer Yashiko y yo nos conocimos aquí y decidimos quedarnos. Y pensamos que un restaurante asiático de calidad en Barcelona tenía más posibilidades que uno de cocina mediterránea allí. En Japón hay mucha competencia y es muy estresante. Por otro lado siempre había tenido en mente montar mi propio local antes de los 40 años. Y por lo tanto eso era ya!”.
En La Cuina de l’Uribou no se menciona específicamente Japón. “No queremos encorsetarnos. Me inspiro en cocina de otros países asiáticos y utilizo mis conocimientos de cocina occidental y de los productos que hay por aquí. Nos alejamos del típico restaurante japonés que sirve los platos de siempre, aunque también servimos sushi”. Llega Yoshiko, su mujer, y se añade a la conversación: “es que la cocina japonesa es en realidad una cocina de influencia. En algunos casos de hace 1.000 años, en otros de 300… La tempura la trajeron los portugueses y el curri llegó de la india a través de los ingleses”. Estos productos y preparaciones también están en el Uribou pero siempre usados de forma flexible: “mis proveedores son las paradas de los mercados y también las tiendas de productos asiáticos de la ciudad. Es decir, uso producto autóctono y de temporada pero para poder hacer ciertos platos también compro producto de importación”. Taka visita directamente estas tiendas par a investigar sus estantes repletos de productos de China, Corea, Tailandia o Indonesia. La mayoría ni los conocemos! “Nosotros tampoco”, se ríe Yoshiko.
En el nombre del local también destaca el hecho que está en catalán y se refiere a un animal en japonés, lo cual sigue reforzando esa idea de fusión o más bien integración de la cultura nipona (y de sus artífices) a la ciudad. Y lo de Uribou? “El uribou es el jabato, o sea, la cría del jabalí. Al inicio la idea era ponerle La Cuina de Taka, pero resultaba demasiado personal. Así que usé el uribou como forma alternativa de referirse a mi, pues mi horóscopo es el del jabalí. El hecho de que sea pequeño se refiere a que el nuestro es un proyecto joven”.
En este corto periodo de tiempo tiempo La Cuina de Uribou se está labrando una clientela heterogénea “hay un poco de todo, aunque destaca un porcentaje muy alto de clientes japoneses, tal vez el 30%, cuando en otros locales nipones tal vez sea del 10%”. Y eso es buena señal. “Hay buena aceptación pero no queremos darnos mucho a conocer: aun estamos consolidando el proyecto y este crecimiento sostenido nos va bien”.
Taka, Yoshiko y su uribou són un buen ejemplo de una nueva hornada de restaurantes asiáticos que proliferan en Barcelona y el resto del país. Lugares auténticos que se acercan al bistró o a la taberna donde no es necesario pagar fortunas para probar los platos clásicos de la cocina japonesa y donde rige la honestidad y el sentido común. Como en la base de su cocina, las influencias vienen de aquí de allí y se funden en una lógica nipona. No importa si es loto o alcachofa, si la ternera es de Kobe o gallega o si el sashimi es de atún rojo o sardina. Lo importante es que es Taka, que es auténtico, que es uribou.