Cocida, hervida, frita, salteada, asada… La patata no puede faltar en nuestra despensa ya que permite preparar todo tipo de recetas sabrosas, sencillas y económicas.
El segundo alimento más consumido del mundo (después de los cereales) es originario del continente americano y fue introducido en Europa durante la época de la colonización. De hecho, la primera referencia escrita sobre este tubérculo aparece en el libro «Historia del descubrimiento y conquista de la provincia de Perú», en el año 1555.
Perteneciente a la familia de las solanáceas (como el tomate, la berenjena o el pimiento), China, India y Rusia son los principales productores mundiales
Características
Este popular tubérculo presenta generalmente una estructura oval con tonos de piel que van desde el amarillo al rojizo pasando por marrones o rosados y una carne de color blanca-amarillenta.
Temporada
La patata está presente durante todo el año en nuestros mercados.
En el mercado
Al comprar patatas conviene fijarse en la firmeza de los tubérculos y en que la textura de su piel sea firme y brillante. Es mejor desechar aquellos ejemplares con zonas blandas o verdes.
Conservación
Una vez en casa, las patatas siempre deben guardarse en un lugar fresco, seco, bien ventilado y protegido de la luz directa (si es posible opta por comprarlas en bolsas opacas). De esta forma pueden conservarse durante mucho tiempo aunque conviene no agruparlas unas encima de otras porque entonces tienden a germinar. Hay que tener en cuenta que la patata nueva se conserva peor que la vieja ya que contiene mayor cantidad de agua.
En la cocina
Cocida, hervida, frita, salteada, asada (recuerda que envueltas en papel de aluminio necesitan una cocción más larga para compensar el calor perdido por la reflexión sobre el papel de aluminio) etc. La patata puede cocinarse de infinidad de maneras y sirve como guarnición en platos a base de carne, pescado, verdura… Si su sabor resulta algo insípido se puede realzar añadiendo algo de queso, cebolla, hierbas aromáticas o especias. Combina bien con todo tipo de potajes y estofados.
¿Lo sabías?
Por su elevado contenido en hidratos de carbono complejos (fundamentalmente almidón) es muy recomendable como fuente de energía. Aporta minerales como potasio, fósforo, hierro y magnesio. Por su bajo contenido en sodio está recomendada en casos de hipertensión o afecciones cardiovasculares.