Túnez
En un viaje por la capital merece la pena pasar por la rue Eperney y detenerse en el antiguo mercado del centro de la ciudad. Allí se descubrirá la tienda Barka, un lugar especial donde el visitante encuentra todo tipo de productos, desde la harisa―un condimento que está considerado como uno de los más importante de la cocina tunecina similar a la mostaza o el Ketchup en las sociedades occidentales― a diversos tipos de especias, ajo, olivas, chiles, etc.
Dejando atrás el mercado, que conviene visitar a primeras horas de la mañana para empaparse de su ambiente bullicioso y alegre, se sube por la calle Al-Djazira que da acceso a la medina. Siguiendo la calle principal se descubre toda la actividad artesanal tunecina, con gentes trabajando el cuero, la madera, la plata y el cobre, alfombras y vestidos, etc. A medio camino se encuentra un salón de té, donde merece la pena detenerse para saborear el té típico del país, un té verde con menta y mucho azúcar. Es muy fácil de perderse en el laberinto de la medina. Allí merece la pena proveerse de especias, agua de rosa y agua de flor de naranja para cocinar muy indicadas para realizar recetas de repostería. Recuerda que siempre hay que negociar los precios con buen humor… la negociación forma parte de la cultura árabe.
A la salida de la Medina, en la terraza de los numerosos cafés uno se puede permitir el lujo de desestresarse con uno de los famoso citronade, un refresco delicioso elaborado con limones.
Desde la capital se estila una visita a Sadika Keskes , Se trata de un taller artesanal que respira creatividad y originalidad. Platos, vasos, jarrones… todo para la mesa y el hogar. La mayoría son artículos de vidrio hechos a mano con colores del mediterráneo que constituyen un abanico de ideas para la decoración, regalos o souvenires.
Uno no puede dejar las costas de Cartago sin pasar por Sidi-Bou-Said. Es un pueblo auténtico con todas las casas pintadas de blanco y azul, las buganvillas de colores espectaculares rosadas y fucsias, las mimosas amarillas. Es un lugar para tomárselo con tiempo y pasear por el barrio antiguo disfrutando de las vistas del mar azul con el cap blanc al horizonte, de la arquitectura con las mil y una puertas de Sidi Bou Said, todas pintadas del mismo azul. Paseando siempre se encuentra en una terraza de café para tomar un té a la menta y en la Crêperie de la plaza, en la parte alta del pueblo, se puede probar el buñuelo, especialidad de Sidi-Bou-Said.
Hay varios lugares para disfrutar de una buena comida o una cena. Nuestro favorito es Dar Zarrouk (www.darsaid.com.tn), un lugar encantador se puede degustar un aperitivo en el hermoso jardín que desprende un agradable olor de jazmín. Es un lugar tranquilo y muy romántico. El servicio es lento pero con un notable carta con especialidades tunecinas y mediterráneas, con el couscous de pescado como plato estrella. En verano se puede cenar en la terraza aprovechando la vista maravillosa al mar.
Bizerta, la antigua Hippo Dyarrhytus de los fenicios, fundada en el siglo XI a. C., está situada a 64 km. al norte de la capital. Está a menos de una hora de trayecto por la nueva autopista. En el puerto se unen las dos partes de la ciudad, la vieja y la moderna. Hay muchos cafés y restaurantes rodeando el puerto donde es agradable ver llegar los pescadores al atardecer y atracar sus barcos. Detrás del puerto hay mercados y comercios por la mañana. Por la tarde se puede pasear y disfrutar de un auténtico ambiente marítimo y con un peculiar estilo árabe.
Para comer o cenar recomendamos el Restaurante Le Sport Nautique, un lugar ideal con una comida muy fresca que ofrece todo tipo de pescado de temporada. Cuenta con una terraza para sentarse fuera y admirar el azul del mediterráneo.
Donde comer
Dar Said
Toumi, Sidi-Bou-Said, 2026, Túnez
+216.71.72.96.66
> www.darsaid.com.tn
Sadika Keskes
Cotes de Carthage, Gammarth, Túnez
00216 71 913 025
> www.sadika.com