El Petit Burger
Todo lo que promete el título de este nuevo local es cierto: es una hamburguesería y es pequeña, apenas 5 mesas.Y no encontramos la decoración que cabría esperar en un local de este tipo: letras germánicas y grandes surtidores de cerveza, o asientos acolchados rojos y luces de neón.Parece como si la premisa en el momento de decorar hubiera sido SIMPLICIDAD: pocos motivos en sus paredes de un gris ocre, sus mesas y asientos son negros… Un minimalismo serio, simple, elegante, que nos hace pensar que no estamos en la típica hamburguesería. Primer aviso. Carlos – copropietario, encargado, jefe de sala…– nos había citado a las 12 y llegamos un poco tarde. Carlos nos ve y exclama uy! Llegáis un poco tarde. Tarde? Uno pensaría que en una hamburguesería, paradigma del fast-food, uno no puede llagar tarde o temprano, que está abierta a todas horas para satisfacer el hambre de un transeúnte cualquiera a cualquier hora del día. Pues aquí no. En breve es el momento en que el staff, vasado en el propio Carlos y el chef Ramón –segundo socio–, comen antes del servicio, y todo se para, como en los restaurantes. Segundo aviso. Como buen anfitrión, Carlos deja sus quehaceres momentáneamente para ofrecernos algo mientras acaba su trabajo. Una tónica, por favor. Y nos trae una Indian Tonic de Schweppes en vaso ancho. Sorprendidos, nos fijamos en las neveras de vidrio detrás del mostrador: Boylan, Q-Tonic, Fentiman’s… Se despierta nuestro instinto de aficionados al gin tonic y dirigimos nuestra mirada hacia los estantes de botellas, repletas de ginebras Premium. Gin tonic y combinados en una hamburguesería? Tercer aviso.
Las hamburguesas están de moda y hay muchos sitios en la ciudad donde las hacen buenas. Nosotros buscamos cierta diferenciación en el tipo de oferta que damos. Somos una hamburguesería pero damos un servicio y una calidad de restaurante. Esta afirmación se mantiene hasta sus últimas consecuencias, pues El Petit Burger comparte cocina con el restaurante adyacente, el Bestiari, un referente de la restauración del barrio. De hecho, es el tercer socio de esta nueva empresa y lugar donde oficia Ramón como chef. Llevábamos tiempo pensando en el proyecto y pensamos en este local que estaba desaprovechado y tenía posibilidades. Los platos salen por una pequeña ventanilla que comunica con la cocina del restaurante, donde Ramón tiene un ayudante destinado sólo a los pedidos de El Petit Burger. Tal vez sea por todo esto que lo que sale de allí no sea el típico pedazo de ternera picada con hortalizas, queso y pan. La carta ofrece 3 líneas de hamburguesas basadas en un producto de alta calidad: las clásicas –a base de ternera i completada con queso Brie, bacon o hortalizas– y las contemporáneas –donde hacen volar la imaginación con hamburguesas vegetales, al estilo indio o guarniciones caprichosas–, todas ella bajo el estilo de bocadillo. Y las Gourmet–la Japo, a base de atún, i la Sibarit, con buey y foie–, al plato, para los que definitivamente buscan ese toque de restaurante. Se nos ocurrió este tipo de hamburguesa a partir de una que se servía en el Bestiari, también al plato. Tuvo muy buena aceptación. Y parece que la línea a seguir irá hacia allí, pues en la nueva carta que están elaborando siguen dando importancia a este concepto, así como a una pequeña lista de aperitivos y de postres.
No sólo a carta de hamburguesas se sale de lo habitual. También las bebidas. Aquí no sólo se sirven refrescos carbonatados. La huella de Carlos también se nota en esto: vinos, cervezas, combinados… A mi me gustan los vinos y empezamos con unos cuantos a copas. Ahora la intención es dejar tan sólo 3 referencias y cambiarlas semanalmente. Quien quiera algo distinto puede escoger una botella de la carta del Bestiari. Sea como sea, parece que apuestan por la calidad y lo diferente: Ahora trabajamos con unas pocas cervezas y nos estamos planteando aun con qué producto continuar: cervezas artesanales, referencias internacionales… Y lo de los gin tonics? También soy muy aficionado a ellos. Hace un tiempo empezamos a hacer jueves temáticos y ofrecemos a buen precio un maridaje de hamburguesa con un gin tonic concreto, aromatizado con botánicos que casen bien con la hamburguesa. Los combinados con la comida es algo más habitual en otras partes. Y funciona, porque la gente sale encantada.
Ya nos dijeron que hoy había poco tiempo, así que nos prometemos degustar las nuevas propuestas para otro día. Carlos y Ramón salen del local para comer, antes de empezar el servicio, en la sala del Bestiari’s, hermano mayor de El Petit Burger. Cuarto y último aviso. Ya dijimos que esta no era una hamburguesería normal.