Esta seta silvestre de otoño, de agradable y delicado sabor, ofrece carne abundante, fibrosa y consistente, de color blanco-amarillento y un ligero perfume que recuerda al albaricoque.
Características.
Presenta un sombrero de entre 6 y 10 cm de diámetro, así como un color que oscila entre el naranja y el amarillo blanquecino. Habita en bosques de coníferas y árboles planifolios, normalmente asociado a encinas, alcornoques o robes.
Temporada.
Suele aparecer a finales de verano y su recolección se extiende durante todo el otoño. Al tratarse de una especie muy resistente, puede encontrarse también durante parte del invierno.
En la cocina.
Es una seta muy versátil y se adapta perfectamente a todo tipo de preparaciones culinarias. Tanto fresco, como en conserva o seco es un delicioso ingrediente en todo tipo de guisos. Por su pequeño tamaño e irregular forma, es una seta complicada de limpiar. En este caso, se recomienda pasar ligeramente los ejemplares por el chorro de agua fría y después sacudirlos con cuidado para que se sequen. Además de guisados, los rebozuelos se pueden preparar estofados, salteados, revueltos con huevo, en platos de pasta, en arroces, acompañando recetas de carne o pescado…
Cómo se conserva.
Esta seta resulta ideal para desecar (de esta forma puede llegar a conservarse durante un año a temperatura ambiente) o guardar en aceite.
Propiedades:
Contienen vitaminas B, vitamina C, E y grandes cantidades de betacaroteno o provitaminaA que se manifiestan en su color y protegen las mucosas del organismo y especialmente la de los ojos.
Estimulan la producción de enzimas y la limpieza hepática. Tienen cualidades antibacterianas, antibióticas y antiparasitarias.
¿Lo sabías?
– En Catalunya, esta seta recibe el nombre de rossinyol; en el País vasco se la conoce como zizahori; mientras que en Galicia la llaman canterela amarilla.
– El rebozuelo es una de las setas que resiste mejor el ataque de las larvas, por lo que suele encontrarse casi siempre en buen estado.