Características de la menta
La menta es una planta herbácea de hoja perenne de entre 30 y 90 cm. de altura, de la familia de las labiadas. Se da mejor en climas templados y suelos húmedos, a sol y sombra, y en verano da una flor espigada, de un color en la gama de los lilas o azules. Las hojas son alargadas y con el envés piloso, como el tallo. El color de las hojas de menta, de acuerdo con la variedad, puede oscilar entre el verde oscuro y el grisáceo. La menta crece en todo los continentes —todavía es fácil encontrarla silvestre— y ya era conocida en las culturas mesopotámicas y el antiguo Egipto.
Hay infinidad de variedades de menta, pero la más común en España es la menta verde o “hierbabuena” (mentha spicata). Más fuertes son la menta peperita (mentha piperita, peppermint o menta inglesa), y la menta japonesa (mentha arvensis), utilizadas ampliamente en la industria, ya que se encuentran en productos tan variados como dentífricos, caramelos, perfumes o licores, así como en medicamentos. Hoy en día, el mayor productor mundial es Estados Unidos.
Propiedades de la menta
Al destilar la menta a vapor se obtiene un aceite esencial cuyo componente principal es un alcohol llamado mentol. Para hacernos una idea de este proceso, se necesita aproximadamente media tonelada de plantas para extraer medio kilo de aceite esencial.
Es el mentol el que confiere a la menta la frescura y el aroma inconfundibles y la mayor parte de sus propiedades nutritivas y medicinales. Además la menta contiene calcio y vitamina A, entre otros componentes, aunque por las cantidades que podemos comer, difícilmente constituirán un aporte importante.
La menta favorece las secreciones hepáticas y la eliminación de gases, por lo que facilita la digestión y previene cólicos y otros malestares. Tiene propiedades antiinflamatorias y bactericidas y su aroma intenso descongestiona las vías respiratorias. Los usos de la menta en medicina natural son muchísimos: En infusión, como digestivo y contra el resfriado; en cataplasmas, contra las enfermedades respiratorias; sobre la piel, como calmante, refrescante y antibacteriano. Sirve hasta para combatir los piojos y según la leyenda, en grandes cantidades actúa como afrodisíaco. Atención con el insomnio, ya que también tiene efectos estimulantes.
Cómo conservar la menta
La menta se conserva como todas las hierbas: se puede congelar alternando las hojas con papel absorbente, conservar en aceite y/o vinagre dentro de un recipiente que no deje pasar mucha luz, o secar.
Para secar menta se hacen ramos pequeños sin lavar y se cuelgan boca abajo en un sitio seco y caluroso, sin que les el sol directo. Puede ser cerca de una estufa. Una vez seca, lo mejor es guardarla en un pote cerrado, mejor cuanto más hermético.
Cómo usar la menta en la cocina
La menta combina muy bien con otras hierbas y es un aderezo estupendo para ensaladas. También se usa para adobar carnes y legumbres, hacer sopas y salsas. Hasta hace muy poco tiempo se usaba sobre todo en repostería, para hacer mouse de menta o combinar con chocolate, helados y muchos otros sabores dulces. Además, un ramillete o unas hojas de menta puestas con gracia al servir un plato resultan un placer para el olfato y la vista, anticipándonos el placer gustativo. o simplemente Puedes preparar un agua aromatizada con hojas de menta para tomar durante el día.