Esta verdura de invierno pertenece a la misma familia de vegetales de las espinacas o la remolacha. Es originaria de Europa y África, especialmente de las zonas más templadas bañadas por el Mediterráneo.
Características
De grandes hojas de color verde brillante y peciolos blancos y carnosos, tiene distintas variedades, aunque las más apreciadas son la Amarilla de Lyon (hojas verdes y onduladas), la Bressane (hojas más rizadas y de verde oscuro) y la Carde Blanche. En general, se recolecta cuando alcanza un peso aproximado de 1 kg y presenta unas hojas que rondan los 25 cm.
Temporada
Aunque está considerada como una verdura típica de invierno, podemos encontrarla fácilmente durante todo el año.
En el mercado
A la hora elegirla es importante observar la frescura de sus hojas. Éstas deben mostrar un aspecto muy verde y brillante, libres de manchas o zonas rotas. Por otro lado, los peciolos o tallos deben ser firmes y crujir al doblarlos. Existe la posibilidad de adquirir acelgas ya cortadas, lavadas y cortadas en bolsas con fecha de caducidad. Es una alternativa cómoda para los que quieren evitarse el trabajo de prepararlas antes de consumirlas.
Conservación
Es recomendable consumirla el mismo día ya que apenas aguanta un par de días en el frigorífico. Si queremos congelarla, conviene escaldarla previamente en agua hirviendo durante un par de minutos.
En la cocina
Es una verdura muy versátil que puede comerse cruda, hervida, al vapor (una excelente forma de conservar todos sus nutrientes), frita, rebozada, en guisos, potajes, sopas, cremas, ensaladas o como guarnición acompañando platos de carne o pescado.
¿Lo sabías?
La acelga es una verdura rica en minerales como el potasio, el yodo y el calcio. Esto la hace muy recomendable en la dieta de personas mayores, mujeres embarazadas, niños en etapa de crecimiento y deportistas. También tiene un marcado efecto laxante y su acción antioxidante ayuda a combatir los radicales libres.