De mayor tamaño, más sabroso y resistente, el fresón es una variedad de la fresa que procede del cruce entre la especie europea Fragaria vesca y la especie chilena Fragaria chilonensis, surgida durante la época de la colonización.
Características
Fácil de distinguir por su forma de corazón y el color rojo vivo de la piel cuando está maduro, suele medir entre 18 y 22 milímetros y pesa aproximadamente unos 25 gramos. Entre las variedades más comunes están la Camarosa (de origen californiano, buen sabor y aspecto muy brillante), la Tudla (un tipo de fresón de gran tamaño, aromático y color rojo intenso, tanto interna como externamente), la Oso grande (de color rojo anaranjado y forma de cuña achatada), la Cartuno (de forma cónica y sabor dulzón), la Carisma (de color rojo suave y gra tamaño), la Irving (de forma redondeada y color rojo mate), la Pájaro (de forma cónica y excelente sabor) y la Selva (los llamados fresones de verano, ya que aparecen en el mercado entre julio y septiembre).
Temporada
Fruta primaveral por excelencia, podemos encontrarlo en el mercado a partir de finales de marzo y hasta bien entrado el mes de julio.
Cómo se compra
Es una de las frutas más delicadas y perecederas que hay. Por lo tanto, conviene elegir bien los ejemplares fijándonos en la firmeza de su pulpa, así como su aspecto brillante y firme.
Cómo se conserva
Es preferible guardarlo siempre en el frigorífico y consumirlo antes de los 4-5 días (siempre que no esté excesivamente maduro). Conviene retirar los ejemplares de la bolsa y conservarlos en una fuente o plato sin retirar el pedúnculo verde, ya que así mejora su conservación. En general, es mejor evitar excesivas manipulaciones y no exponerlo al calor. También es aconsejable lavarlo en el último momento antes de servirlo y sin dejarlo en remojo para que conserve todo su aroma y sabor.
En la cocina
La mejor forma de disfrutar de esta fruta es consumirla al natural. Puede servirse acompañado de azúcar, nata, zumo de naranja o limón, yogur, espolvoreado con una pizca de pimienta o con un chorrito de vino tinto, cava o vinagre balsámico. Resulta un excelente ingrediente en ensaladas (tanto de frutas como de hortalizas), batidos, pasteles y todo tipo de postres.
¿Lo sabías?
El fresón tiene propiedades diuréticas, regula la función hepática, ayuda a normalizar la presión arterial y tiene efecto laxante debido a su contenido en fibra soluble. Aporta unas 30 kcal por cada 100 g, así que resulta recomendable para aquellas personas que siguen algún tipo de régimen.