El sol es una fuente excelente para cargarnos de energía, también para crear vitamina D (¿sabíais que la piel absorbe los rayos del sol y, a partir de ello puede obtener vitamina D?, mejor que en pastillas…), y, además, nos broncea y nos ayuda a vernos más atractivos. Pero -no voy a decir nada nuevo- hay que andarse con cuidado, porque entre otras cosas, el sol acelera el proceso de envejecimiento, digamos que nos va arrugando en proporción a la cantidad de tiempo que nos exponemos a él. Que un poquito está bien, y a horas convenientes, pero más…..ya sabéis. Y recordar que horas convenientes es que cuando tú estás de pie tienes que ver tu sombra, pero bastante. Cuanta menos sombra veas delante de tí, más inconveniente es la exposición.
En verano más frutas y verduras
Pero, bueno, a lo que iba, que el verano es momento ideal para aprovechar a beber y comer sustancias ricas en agua, vitaminas, minerales y enzimas. Si hay que abusar de algo en verano no es precisamente del sol y los helados sino de las frutas y las verduras. Y aquí llego a mi propuesta, zumos simples con algunos añadidos extras como hierbas o aguas florales, que hagan de estas bebidas auténticas bendiciones refrescantes y vitalizantes. Allá vamos.
Ideas de bebidas refrescantes y revitalizantes
Limonada con hierbaluisa
La idea es hacer la clásica limonada con limón (biológico por favor y si es posible), algún endulzante sano (personalmente me encanta el sirope de ágave), agua bien fría y unas hojas de hierbaluisa. Nada más bueno.
Naranjada a la caléndula
Esto es un zumo de naranja tamaño XL unido a unas cuantas hojas de pétalos de caléndula y una ciruela amarilla o un albaricoque. Todo bien batido. Las condiciones del éxito son que el zumo sea recién exprimido y hecho con naranjas bien frescas de la nevera, que los albaricoques sean de aquellos de color bien naranja, y que las hojas de caléndula no hayan sido tratadas con productos químicos; han de ser comestibles, no de floristería. Si la fruta está bien dulce no hace falta añadir nada más, pero es a gusto.
Mojito sin alcohol
Se trata de exprimir unas cuantas limas, rallar muy fino la piel de alguna y batirlo todo con agua muy fría, endulzante a gusto y unas hojas de menta. Ya veréis que es como un mojito pero sin alcohol!
Refresco de pomelo rosa
Zumo de pomelo rosado, bien fresco. Sólo hay que añadirle alguna cucharadita de agua de rosas o de azahar, mezclar con energía y ¡voilà! Cuidado con pasarse, es mejor añadir de a cucharaditas pequeñas e ir probando hasta que esté a vuestro gusto. La última recomendación es beberlo de a poco, insalivando bien (es decir que lo degustes en tu boca antes de tragar). Recordar que no son refrescos de lata que lo tragas y ya está (de hecho éstos luego dan mucha sed), sino que son zumos naturales de pura fruta con su pequeña pero poderosa carga de nutrientes.
¡Feliz verano!