La mandarina es uno de los cítricos que más recuerdos de infancia nos trae
Uno de los que más comemos cuando somos pequeños, seguramente porque es mucho más fácil de pelar y más dulce que otros como la naranja o el pomelo. Aunque también de adultos nos atraen lo prácticas y deliciosas que son
Características
Proviene de Asia, y según se dice su nombre está relacionado con los “mandarines”, antiguos burócratas, funcionarios y gobernantes de la dinastía Qing en la China imperial, por la similitud entre el color de sus trajes y la piel de la mandarina.
Propiedades
Como todos los cítricos, tiene un alto aporte de vitamina C y un contenido superior de vitaminaA ( carotenoides) respecto a la naranja y vitamina E.
Ricas en fibra, favorecen el tránsito intestinal. Mejoran y protegen la piel por su riqueza en antioxidantes. Tienen propiedades antibacterianas y antiinfecciosas. Estimulan la purificación de la sangre. Es recomendable tomarlas en ayunas, entre horas o antes de las comidas para su mayor digestibilidad.
¿Cómo se compra?
Debemos tener en cuenta a la hora de su compra, que tenga peso, esto nos indicara que no está seca por dentro y por ende que es jugosa, como así también que su piel esté tersa. Hay muchas variedades, una de las más apreciada es la Clementina.
Utilidad
La mandarina tiene infinidad de posibilidades en la cocina dulce y muchas en la cocina salada. Combina muy bien con diferentes carnes y algunos pescados y por supuesto en todo tipo de ensaladas o en vinagretas. Es fantástica en zumos, batidos o confituras. O solo su piel para aromatizar aceites, escabeches, salteados o pasteles.
Conservación
Debemos conservarla en una frutera y tomarlas a temperatura ambiente.
Sabías qué?
El zumo de mandarina matinal ayuda a mantener alejados a los resfríos y es mucho menos ácido que el zumo de naranja o pomelo.
A disfrutarla, que cuando esté en su momento es riquísima, fácil de comer y económica.