Un jugoso y refrescante placer de verano
La sandía es una de las frutas con mayor contenido en agua por lo que resulta muy apetecible durante los meses de más calor.
Originaria de los países de África tropical, su cultivo ya parece registrado en las orillas del Nilo durante el antiguo imperio egipcio. Existen más de 50 variedades que se clasifican en función de su forma, el color de la pulpa o de la piel, el peso… Entre las sandías más comunes están la Crimson Sweet, la Resistent, la Sugar Baby, la Sweet Marvell y la Early Star, todas ellas con la corteza de color verde oscuro.
Características
La sandía pertenece a la familia de las curcubitáceas, al igual que el pepino, la calabaza y el melón. Pueden llegar a medir hasta 30 cm de diámetro y alcanzar un peso de 20 kg (aunque las que se comercializan suelen estar entre los 3 y los 8 kg). Es rica en potasio, magnesio y vitaminas A, B y C, apenas aporta calorías (20 kcal por cada 100 g) y por su elevado contenido en agua es considerada como una de las frutas más diuréticas y depurativas que hay.
Temporada
Las sandías aparecen hacia finales de primavera y principios de verano, por lo que podemos disfrutar de su refrescante sabor durante los meses de más calor y hasta principios de otoño.
Cómo se compra
A la hora de comprar una sandía primeramente debemos fijarnos en si la mancha de la cáscara muestra un tono amarillento cremoso (no blanco ni verdoso), señal que ha sido recolectada en su punto correcto de maduración. Otro truco que no falla es golpear la cáscara con los dedos y comprobar que suena a hueco.
En la cocina…
Además de fresca, podemos utilizar la sandía para preparar todo tipo de ensaladas refrescantes, sopas frías, zumos, sorbetes y helados. No es un tipo de fruta para usar en platos culinarios preparados ya que una vez cortada se estropea enseguida y no permite manipulaciones elaboradas.
Cómo se conserva
La dura corteza de esta fruta permite conservarla fuera del frigorífico durante un par de semanas, siempre que se mantenga a una temperatura media de 15 ºC. Es muy sensible al frío, por lo que no conviene conservarla a temperaturas inferiores a los 10 ºC.
¿Lo sabías?
La sandías sin pepitas se caracterizan por tener una corteza de color verde claro jaspeado. En realidad, sí que tienen pepitas pero son tan blandas e inmaduras que apenas se notan al morder la pulpa.