La llegada del otoño es un cambio que en muchas ocasiones, recibimos con poca ilusión por lo que trae consigo; abandonar el relax del verano, días con menos luz y más frío, de nuevo horarios y agenda… ¡Pero el otoño no es solo esto! es también un excelente tiempo para la reflexión y la creatividad en muchos aspectos, propicia mirar hacia adentro y descansar de la intensa energía yang veraniega. Una estación de abundancia en la cosecha que nos invita a nutrirnos por dentro y por fuera, por esto y por mucho más, recibamos al otoño con una sonrisa y algunas sugerencias para hacerlo del todo llevadero.
1. Eliminar toxinas, hacer limpieza: no es un tópico, es una necesidad vital para el cuerpo, los excesos del verano, el cambio de temperatura, la vuelta al trabajo y a la rutina, exigen al organismo estar en forma. Una limpieza es la mejor puesta a punto que podemos hacer. Curas con frutas o zumos, verduras o caldos, aprovechando las uvas, manzanas o verduras de temporada.
2. Aprender de la naturaleza: plantas y árboles se desprenden de lo que no necesitan, es un buen momento para eliminar lo innecesario, desapegarnos y dejar que entre aire nuevo. Termina un ciclo y empieza otro, aprovechemos para reinventarnos.
3. Fortalecer los puntos débiles: intestino grueso y pulmón, son los órganos que rigen el otoño; junto con la piel, son los encargados de eliminar los residuos del cuerpo. Para evitar resfríos, congestiones y favorecer la eliminación, la alimentación debe ser rica en verduras, frutas del tiempo, legumbres, semillas y algas, reduciendo el consumo de aquellos alimentos que aumentan la mucosidad o congestión, como los lácteos, harinas refinadas y carne. Echar mano de las plantas que ayudan a prevenir las dolencias típicas de este tiempo como el saúco, tomillo, jengibre, bardana o malva entre otras y hacer infusiones preventivas.
4. Cuidar la piel: moverse e hidratarse son imprescindibles para estimular funciones y proteger mucosas y piel. El otoño trae sequedad y la piel necesita más agua. El sol ha dejado su huella y podemos favorecer la renovación celular mediante una exfoliación semanal suave, con productos naturales, así como nutrirla con aceites corporales y masaje. El ejercicio mejora la oxigenación promueve el sudor y descongestiona.
5. Utilizar alimentos estrella: la naturaleza nos ofrece lo que necesitamos comer en cada estación, con el gran beneficio de que estos productos de temporada son más asequibles y menos contaminados. Es una de las épocas de cosecha más ricas del calendario así que disponemos de un montón de alimentos a cuál más terapéutico, para ponernos con las manos en la masa para crear y disfrutar en la cocina. Los más importantes: calabaza, boniato, coles, coliflor, castañas, setas. las uvas, manzanas, granada, membrillos, higos, peras, mandarinas, granos, cereales y frutos secos. Platos sencillos pero más sustanciosos.
6. Preparar súper desayunos: compensaremos los días más ying estimulándonos con poderosos desayunos que incluyan fruta o zumos, cereales naturales o pan del bueno, frutos secos, semillas, té verde, infusiones o café de cereales. Es la comida más importante del día, date el tiempo necesario para que sea una fiesta. Y no olvides los tentempiés para mantener el calor y la energía necesaria durante el resto del día.
7. Vivir en positivo: el sol también sale en otoño, hay que aprovecharlo al máximo y respirar al aire libre. La respiración conciente proporciona tranquilidad y equilibrio favoreciendo la meditación. Dedicarle unos minutos por la mañana es una práctica que cuerpo y mente agradecerán. Ver el lado positivo de estos cambios; la lluvia y el frío son saludables para la tierra y para nosotros, es cuestión de encontrar el abrigo justo, canturrear los días más grises y disfrutar del espacio interior que el frío propone.
