Perteneciente a la familia de los serránidos, como la lubina, este pescado de considerable tamaño puede llegar a medir los 3 metros y pesar hasta 300 kilos. De cuerpo ovalado, aplanado en los laterales y cabeza y boca muy grandes, el mero común (Epinephelus guaza) habita las aguas del Mediterráneo.
Variedades
Además del mero europeo, existen otras variedades de este pescado en distintas latitudes del mundo:
– Mero australiano (Epinephelus lanceolatus). Puede llegar a medir 3,5 metros.
– Mero pinto (Epinephelus morio). Su carne es muy apreciada gastronómicamente.
– Mero moteado (Epinephelus analogus). Se distingue por su llamativa coloración con tonalidades rojizas y oscuras en forma de manchas y barras.
– Mero de Nassau (Epinephelus striatus). Habita en las zonas tropicales del océano Atlántico.
Propiedades
Este pescado semigraso es rico en vitaminas del B que contribuyen a la formación de glóbulos rojos y al fortalecimiento del sistema nervioso. También tiene un aporte considerable de potasio, magnesio y fósforo.
En el mercado
A la hora de optar por un ejemplar de mero, debemos elegir el que ofrezca un aspecto brillante, con las agallas de color rojo intenso, la cola flexible y los ojos transparentes, con textura gelatinosa y sin hundir. El mero se comercializa entero o en rodajas.
En la cocina
El mero admite infinidad de preparaciones culinarias. Podemos prepararlo a la plancha, a la brasa, frito, al horno, rebozado o en papillote (envuelto en papel de aluminio o estraza e introducido en el horno a temperatura media para que se cocine en su propio jugo).
¿Lo sabías?
Por su sabor suave y una carne que apenas contiene espinas, es un pescado idóneo para incluir en la alimentación de los niños.