La pescadilla (Merluccis merluccis) es la cría de la merluza y lo único que la diferencia de esta especie es su talla más pequeña. Por lo general, se considera pescadilla cuando tiene un peso por debajo de 1,5 kg. En tallas inferiores se la conoce comercialmente como «fina «, pequeña hasta 0,5 kg y «gorda » con más de 0,5 kg. La denominada «popular » oscila entre los 0,2/0,8 kg.
De forma cilíndrica, alargada y cabeza grande, su cuerpo es plateado y muestra una boca llena de finos dientes. Dispone de dos aletas dorsales, la primera corta y triangular y la segunda de forma ensanchada, o prominente, y alargada hasta la cola. Su piel es de color gris azulado o metálico en el dorso, más claro sobre los costados o flancos y blanco plateado en el vientre. Habita principalmente en aguas del Atlántico y el Mediterráneo. Suele medir entre 20 y 30 cm.
Propiedades
Al igual que su homóloga, la pescadilla tiene un aporte bajo de calorías y destaca su contenido en vitaminas del grupo B y minerales como potasio, magnesio, yodo y fósforo. Eso sí, a diferencia de su homológa adulta, contiene más niacina, vitamina importante para el buen funcionamiento del sistema inmunológico humano.
Temporada
La pescadilla se puede encontrar durante todo el año en el mercado, aunque la época de más abundancia se da entre los meses de enero y junio.
En el mercado
A la hora de adquirirla, debemos fijarnos en que su carne sea firme, las escamas se mantengan bien adheridas a la piel y sus ojos sean brillantes. El color plateado del vientre es más intenso y brillante cuanto más fresca es la pieza.
Conservación
Debe guardarse en la parte más fría del frigorífico y consumirse entre uno o dos días como máximo. Fresca y congelada puede mantener todas sus propiedades de 5 a 6 meses.
En la cocina
Al igual que la merluza, la pescadilla tiene múltiples posibilidades culinarias aunque está especialmente sabrosa frita o rebozada.