La col morada pertenece a la familia de las crucíferas, el rasgo más característico de esta col es su color morado rojizo.
De hojas ovaladas, crujientes y bastante gruesas y de un sabor dulzón que la diferencia de otras coles.
La presencia de antocianinas (polifenoles), pigmentos vegetales hidrosolubles, son los que le otorgan ese color tan especial y característico que le proporciona una importante acción antioxidante. Su recolección es durante los meses de otoño e invierno y es también el mejor momento para consumirlas aunque puedan estar presentes durante todo el año.
En la cocina
Es muy agradable de sabor e ideal para ensaladas coloridas y con textura, además de muy nutritivas, ya que se aprovechan mejor sus beneficios tomándolas crudas o ligeramente al vapor. Sus pigmentos son bastante sensibles al calor y al medio en que se cocinan, cambian a un color más azulado o rojo, de acuerdo al material que se utilice para cocinarlas. Rociarlas con un poco de limón evita que se oxiden rápidamente.
Propiedades
Las coles en general y la col lombarda en particular, tienen una merecida fama como medicamento, ya los antiguos romanos las tenían muy en cuenta en diferentes curas.
La col lombarda es muy rica en vitamina C y en provitamina A o betacarotenos. Contiene minerales como el azufre, magnesio, fósforo y potasio. Es muy rica en fibra y muy poco calórica.
Mejora la visión, ayuda al buen funcionamiento intestinal y contribuye a la salud de los pulmones.
¿Sabías qué?
Los antioxidantes y pigmentos presentes en la col lombarda retrasan el envejecimiento prematuro.
